La biotecnológica danesa Cellugy ha conseguido una financiación de 8,1 millones de euros para escalar la producción de su innovador material EcoFLEXY, una alternativa biobasada y biodegradable a los microplásticos presentes en los productos de cuidado personal. El apoyo económico procede del programa LIFE de la Unión Europea, centrado en proyectos medioambientales y de acción climática, y permitirá avanzar en la comercialización de este aditivo de alto rendimiento desarrollado dentro del proyecto BIOCARE4LIFE.
El primer producto de la plataforma EcoFLEXY es EcoFLEXY Rheo, un modificador reológico de nueva generación, diseñado específicamente para sustituir carbómeros de origen fósil —considerados microplásticos dañinos— sin comprometer la textura ni la sensorialidad. Completamente biobasado, biodegradable y competitivo en costes, este ingrediente permite reducir el uso de sustancias tóxicas y la contaminación ambiental, ofreciendo una solución eficaz y escalable para la industria cosmética.
Según Cellugy, los modificadores de textura están presentes en prácticamente todos los productos de cuidado personal —desde cremas hasta desodorantes o productos de higiene bucal— y cerca del 70% del mercado global de modificadores reológicos (valorado en 2.800 millones de euros) sigue dependiendo de ingredientes petroquímicos.
Gracias a su composición a base de celulosa biofabricada, EcoFLEXY destaca frente a otras alternativas naturales como las gomas de xantano o celulosa, al ofrecer mayor estabilidad, compatibilidad y experiencia sensorial. Además, evita los problemas de manipulación asociados a la nanocelulosa de origen vegetal, y puede aplicarse en formulaciones que requieran altos estándares técnicos sin comprometer los objetivos de sostenibilidad.
Con la ayuda de esta financiación europea, el objetivo del proyecto BIOCARE4LIFE es evitar la liberación de 259 toneladas anuales de microplásticos al medioambiente al término del proyecto, cifra que podría aumentar hasta las 1.289 toneladas en 2034, lo que equivaldría a eliminar millones de productos cosméticos contaminantes del mercado cada año.
“No basta con ofrecer alternativas más sostenibles, hay que superar en rendimiento a los ingredientes fósiles”, afirma Isabel Álvarez-Martos, CEO y cofundadora de Cellugy. “Para lograr un cambio real, necesitamos soluciones como EcoFLEXY, que faciliten a las marcas tomar decisiones sostenibles sin renunciar a calidad, funcionalidad ni rentabilidad”.
La compañía trabajará junto a un consorcio especializado para escalar el proceso: The Footprint Firm, centrado en soluciones de economía circular y validación de impacto ambiental, y la startup berlinesa Sci2sci, experta en gestión de datos, machine learning y optimización de procesos.
“Estamos aquí para validar el impacto medioambiental y garantizar la alineación con los principios de la economía circular”, explica Will Nunn, de The Footprint Firm. Por su parte, Angelina Lesnikova, CEO de Sci2sci, añade: “Nuestro papel es optimizar todas las fases de producción, desde los parámetros de fermentación hasta la eficiencia de la cadena de suministro, para que EcoFLEXY pueda competir con las alternativas petroquímicas no solo en sostenibilidad, sino también en costes y rendimiento”.
La inversión permitirá financiar actividades clave de escalado, optimización de procesos y validación comercial durante un periodo de cuatro años. Según Álvarez-Martos, el objetivo final es “barrer a los petroquímicos de una industria multimillonaria” y ahora, con el respaldo de esta ayuda y de sus socios estratégicos, están más cerca de lograrlo.
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