Revista Industria Cosmética - Verano 2021

inducidas en diferentes capas de piel, a menudo dependiendo de los valores especiales de pH. Cuando se interrumpen las funciones de barrera en la piel, estas minúsculas escamas secas no se desprenden regularmente, sino que forman acumulaciones de formaciones de corneocitos más gruesas que, a menudo, ya pueden ser reconocidas a simple vista. La descamación, por tanto, se puede medir fácilmente. Una técnica muy simple consiste en recoger las escamas con unas láminas adhesivas especiales y analizar los corneocitos eliminados por medios ópticos como una cámara o un microscopio. La piel con la función barrera dañada se irrita y tiende a reacciones inflamatorias. Esta irritación se muestra como un aumento de microcirculación visible, es decir, como un enrojecimiento elevado, el cual se puede cuantificar fácilmente mediante sondas para medir el color general de la piel o solo ciertos espectros de color como el eritema causado por el agrandamiento de los vasos sanguíneos. Pero también se puede medir fácilmente el aumento de la temperatura de la piel como resultado de la irritación e inflamación, generalmente mediante la técnica de sensor infrarrojo sin contacto. La superficie de la piel tiene un valor ácido de pH que también se averigua en el término “manto ácido”. El gradiente de pH en la epidermis va desde valores neutros hasta valores ácidos en la parte externa del estrato córneo, lo cual es importante, ya que sirve para desencadenar procesos enzimáticos. El lavar la piel con productos alcalinos como jabones y espumas, aumenta el valor del pH en la piel. A pesar de que la piel se recupere de este ataque a su manto ácido, el uso frecuente de estos productos puede acumularse y cambiar el valor del pH de forma menos temporal. En el nuevo rango de pH, los procesos específicos podrían verse afectados y de nuevo la barrera cutánea podría verse alterada. Y no sólo los procesos fisiológicos estarían influenciados por un nivel de pH modificado, sino que también los organismos que habitan dentro del microbioma que dependen de ambientes específicos de pH podrían verse afectados por el aumento del pH, causando un desequilibrio del microbioma. Este desequilibrio contribuiría también al debilitamiento de la barrera cutánea. El valor de pH de la piel y la influencia de los productos utilizados se pueden controlar mediante el uso de medidores de pH especialmente adaptados con una superficie de contacto más amplia con la piel. Por otro lado, en el rostro, donde la piel permanece cubierta por la mascarilla durante períodos más largos, también podría ofrecer información valiosa la medición del sebo, como un factor en el desarrollo del acné. El sebo se puede medir mediante un Sebumeter o mediante unas láminas específicas que absorben sebo como Sebufix o Sebutape. La actividad de la bacteria Acnes Cutibacterium (también llamada Propionibacterium Acnes ) está vinculada a la producción de sebo y se puede monitorizar mediante cámaras que emiten un espectro UV específico que causa una fluorescencia de las porfirinas producidas por estas bacterias. Análisis inteligente de la descamación utilizando láminas Corneofix y la cámara Visioscan. El Mexameter al ser un espectrómetro de banda estrecha emite longitudes de onda específicas para medir el contenido de melanina y eritema en menos de un segundo y mostrar ambos como dos valores separados 53 VERANO 2021 INDUSTRIA COSMÉTICA 019  dermocosmética 

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