Desde hace un tiempo, el mundo de la cosmética ha dado un paso más allá. Ya no se trata sólo de aplicar sobre nuestra piel productos para mejorar su aspecto, sino de incidir desde dentro, pues los cambios en la piel y el cabello pueden ser un reflejo de nuestro estado de salud. La clave ahora es embellecernos desde dentro, comprendiendo la íntima relación entre lo visible y lo invisible, entre nuestra piel y los procesos fisiológicos que subyacen bajo ella.