Cuidar el cabello ha dejado de ser un mero ritual cotidiano para convertirse en un arte que refleja nuestro ser, nuestro estilo y nuestra conciencia ecológica. Lo que antes era un nicho reservado a productos inmóviles y predecibles, hoy se ha convertido en un universo en plena transformación que, no solo presenta nuevos e innovadores productos, sino que adapta sus clásicos y se adapta a un consumidor que ya no solo busca higiene, sino también expresión, salud y conexión con la naturaleza.
De vez en cuando, vemos cómo una categoría de productos se transforma, crece y se diversifica.
Actualmente lo estamos viendo con los productos de cuidado capilar. Esta categoría, tradicionalmente muy nicho, en manos de marcas especializadas y bastante inmovilista, se ha abierto y está viviendo su auténtica re-evolución.
Y es que no solamente se han creado nuevos productos, sino que se están revitalizando formatos y aplicaciones en desuso y se está cambiando la forma de aproximarse al cuidado capilar.
El cabello como sistema complejo
Hasta no hace mucho se consideraba el cabello como un todo. Pero biológicamente sabemos que no es así. Sabemos que el cabello tiene diferentes partes; el tallo está dividido en cutícula, córtex y médula; y la raíz cuenta con el bulbo, la papila y las vainas. Además, tiene anexo el músculo erector del pelo, la glándula sebácea y sudorípara y una zona rica en células madre de soporte.
Asimismo, las raíces de los cabellos se insertan en la piel con una densidad elevada, conformando el cuero cabelludo. Esta piel tiene la misma estructura que el resto de la piel del cuerpo (epidermis, dermis e hipodermis) pero presenta diferencias en la variedad de microbioma y la composición del manto hidrolipídico, para mantener los cabellos insertados en óptimas condiciones.
De esta conciencia sobre la estructura real del cabello ha nacido una nueva aproximación en su cuidado, separando las necesidades de cada una de las partes y combinándolas con las tendencias de moda y estilo.
Así asistimos a la skinificación del cuidado capilar, ofreciendo cuidado específico para la piel del cuero cabelludo y que éste presente las mejores condiciones. Esto genera nuevos productos en forma de sérums, exfoliantes, tratamientos específicos con antioxidantes, y regeneradores de colágeno o protectores de la función barrera encaminados a cuidar el cuero cabelludo más allá de la higiene.
Por otro lado, el tallo del cabello se pone al servicio del estilo y la tendencia. Se busca mantener el tallo saludable mientras lo cambiamos de color, de forma, le adherimos extensiones y lo moldeamos a nuestro antojo. No renunciamos a un pelo sano y fuerte ni a estar a la última, y para ello necesitamos productos que cuiden nuestro cabello y nos ayuden a proteger o reestructurar los daños causados por los procesos de peluquería.
Y se difuminan las fronteras entre categorías de productos. Una acción determinada se puede asociar a un champú, un producto de cuidado o un producto de styling. Está claro que un solo producto de aclarado no va a solucionar un problema, pero se ha creado una cultura de “la unión hace la fuerza”, que acoge el uso de rutinas completas. Los consumidores buscan identificarse con las marcas.
Clásicos revisitados
Quién no recuerda la película Grease que en español se tradujo como “Brillantina”. Ambos términos hacían referencia al producto capilar que se utilizaba para fijar los complicados peinados de los años 50 del siglo XX.
Sin embargo, pocos de nosotros lo habíamos usado, hasta hoy.
Actualmente, podemos encontrar en las mejores peluquerías y barberías diferentes pomadas, ceras y arcillas de peinado que comparten estante con las tradicionales (o no tanto) lacas, gominas y espumas.
Otro clásico que ha experimentado un gran empuje es el champú en seco. Este polvo absorbente nos permite eliminar el exceso de grasa del pelo sin necesidad de mojarlo. Muy útil cuando necesitamos mantener estilismos elaborados.
Pero no solamente se están rescatando técnicas del siglo XX, sino que nos remontamos incluso más atrás en el tiempo. Hoy en día, encontramos salones especializados en procesos con fangos de plantas y con arcillas para la coloración y el cuidado del cabello. O con tratamientos a base de aceites, mantecas y aceites esenciales que estaban en desuso por “ensuciar” el pelo, pero que se han actualizado y brindan soluciones a tipos de cabellos hasta ahora olvidados.
Innovación con mayúsculas
Aunque no solo actualizando clásicos se hace una re-evolución. Las nuevas corrientes sociales han forzado a las marcas a exprimir al máximo su capacidad de innovación.
Con la población mundial envejeciendo y la conciencia del well-aging en auge, nos preguntamos por qué las canas se deben ocultar, y queremos lucirlas. Pero bonitas, no amarillentas y descuidadas. Al tiempo que queremos retrasar al máximo su aparición.
Así que necesitamos productos que cuiden este pelo tan especial y para ello necesitamos conocerlo en detalle. Por lo que, la investigación en el mecanismo de aparición de las canas y su fisiología, sus causas y desencadenantes nos está llevando a descubrir nuevos activos que han abierto toda una nueva categoría de productos: los retardantes de canas y los productos para pelo gris/plateado.
Y esto nos lleva a una mejor comprensión del envejecimiento del pelo y de la piel que lo sustenta. Están naciendo nuevas estrategias para luchar contra la caída prematura, para mejorar la calidad de la fibra y la vitalidad de la melena. No hablamos solamente de productos para frenar la caída, sino que buscamos prevenir que aparezca.
Si a todo esto sumamos que cada vez conocemos mejor el microbioma del cuero cabelludo y su implicación en las patologías capilares (como los diferentes tipos de caspa, las dermatitis del cuero cabelludo o incluso la caída capilar) el enfoque en el cuidado del cabello en estas condiciones cambia. Conocer más significa abordar los problemas desde una perspectiva más sutil y menos mecánica.
Se están investigando los mecanismos de oxigenación del bulbo y la papila, así como la oxidación y de estrés celular que pueden dañar las estructuras. Y ya no vemos a los microorganismos como enemigos a eliminar, sino como aliados en la salud del cabello que hay que mantener equilibrados y balanceados. Muchos mitos del cuidado capilar están cayendo gracias a los avances de los últimos años.
De todo este conocimiento nacen nuevos activos e ingredientes funcionales que aportan nuevos beneficios para el cabello. Con el conocimiento adquirido, refinamos las formulaciones y las formas de aplicar los activos, teniendo en cuenta los ritmos circadianos, la exposición a la luz solar o las estaciones del año.
Y por si todo esto no fuera poco, al entender mejor el pelo podemos diseñar otras formas de cuidarlo: desde el interior, con complementos nutricionales y desde el exterior con dispositivos que ayuden a mejorar el cabello, como por ejemplo cepillos iónicos, cepillos con luz led, cascos de luz o dispositivos de masaje.
Rutinas específicas
Todos necesitamos lavarnos el pelo. Y hasta hace poco nuestras opciones de elección se limitaban a los diferentes champús. Pero cada cabello requiere rutinas específicas de lavado, de desenredado, de acondicionado y de secado.
Aparte de las diferentes necesidades del cuero cabelludo, la elección de la rutina de cuidado actualmente tiene en cuenta también el tipo de fibra de cabello, nivel de porosidad, si hay canas o no, nivel de rizo, si se ha sometido a procesos de coloración o moldeado…
Las necesidades de un pelo liso y fino no tienen porqué coincidir con las de una melena mediterránea o las de un pelo afro. Y no solamente atañe al tipo de champú, sino que las técnicas e incluso la frecuencia de lavado deben variar.
La tendencia del método ‘Curly’, ha revolucionado el cuidado de los cabellos rizados, introduciendo productos que solamente tienen sentido para este tipo de cabellos.
Y no nos ponemos de acuerdo en el nivel óptimo de volumen; lo que para unos es deseable, para otros es un problema. Por eso es necesario ofrecer tanto soluciones para aportar volumen, como otras para reducirlo, en formatos adaptados a cada tipo de cabello.
Así han nacido salones especializados en los diferentes tipos de cabello o en rutinas específicas, creando experiencias únicas más allá de lavar y marcar.
Preocupación por el medioambiente
En paralelo a este boom en las necesidades de cuidado capilar, en todo el sector cosmético estamos viviendo una transición en el modo que los consumidores se preocupan por el medioambiente.
Si hace unos años la principal preocupación se centraba en los efectos sobre el cuerpo humano, los deseados y los indeseados, las nuevas generaciones están realmente interesadas en conocer el impacto de sus acciones sobre el medioambiente.
Ya no se considera justificable que un producto pueda dañar los corales, o que los envases acaben en una playa remota o afecten a la vida de las tortugas.
En este escenario, se ha exacerbado el interés en la eliminación de los envases, la reducción en la cantidad de agua de las formulaciones e, incluso, en la búsqueda de tensoactivos o de acondicionadores que sean más responsables con el medioambiente. Esta tendencia ha estimulado también la innovación y la creación de nuevos productos.
No creo que sea exagerado afirmar que el sector en el que más ha calado la cosmética sólida es el cuidado capilar. El mercado de los champús y acondicionadores sólidos es cada vez mayor.
Da igual si tu pelo es largo o corto, coloreado, canoso o con su color original, incluso si no tienes pelo, ¡cada vez hay menos excusas para que no luzca sano y se vea perfecto!
Nombre | Celia Campos |
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Empresa | Muttu CosmeticLab |
Cargo | Technical Director & CEO |
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