EN LA UE ESTÁ EN VIGOR la directiva 2003/15/CE, destinada a prohibir en su totalidad la fabricación y venta en suelo europeo de productos cosméticos que hayan sido previamente testados en animales de laboratorio. Esta directiva tuvo dos fases en su aplicación:
Es decir, los productos cosméticos comercializados en Europa no necesitan tener el sello cruelty-free para diferenciarse, puesto que todos deben cumplir con esta ley para salir al mercado.
EEUU sigue la pauta europea. Sin embargo, en Asia no existe consenso, siendo cada país quien toma sus decisiones. En China es obligatorio, pero aun así las firmas foráneas pueden llegar a vender allí y cada caso se estudia individualmente. Algunas no obtienen los permisos y otras, directamente, se niegan por coherencia. Las marcas hechas en China que quieran comercializarse en Europa y EEUU deben ajustarse a la regulación europea. Se puede importar perfectamente un producto hecho en suelo chino ajustado a la legislación cruelty free occidental.
En cuanto a los sellos, los más famosos son el de PETA (el conejo con orejas rosas con el lema cruelty free debajo) y Leaping Bunny (silueta de un conejo saltando). Pero, ¡ojo!, no todas las marcas cruelty free tienen los sellos. Es algo opcional y algunas marcas deciden no usarlos.
La cosmética vegana es la que no incluye ingredientes de origen animal en sus formulaciones. Muchos son evidentes, pero otros sorprenden. Los ingredientes animales más usados son los siguientes:
En cuanto a la categoría vegana, no existe un sello oficial. Hay varias empresas que cuentan con sellos propios, con los que muestran su compromiso a formular sus productos sin ingredientes de origen animal. Si no hay sello, nos queda leer el INCI o preguntar directamente a la marca.
Puede que al leer los beneficios de estos ingredientes animales los consumidores no vean nada malo en usarlos. En algunos casos no implica la muerte del animal, pero como sucede en la industria alimentaria, la obtención de esas materias primas dista mucho de ser respetuosa cuando hablamos de marcas de gran consumo. La clave aquí es que todos esos ingredientes tienen una alternativa igual de eficaz pero menos conocida de origen natural o sintético, eliminando así la explotación animal. Dejando a un lado el debate ético y entrando en el terreno de la cosmética natural, es más que posible producir una cosmética natural y orgánica más respetuosa con el medioambiente que, además, reporta múltiples beneficios a la piel. La cosmética formulada a base de plantas contiene valiosos antioxidantes y vitaminas, especialmente cuando se trata de plantas que se han tenido que adaptar a condiciones hostiles. Sus extractos son particularmente apreciados puesto que aportan las cualidades de esos mecanismos de defensa. Además, la biodisponibilidad de esas fórmulas es muy alta, el cuerpo las absorbe con facilidad y cuentan con la innegable ventaja de no verter toxinas al torrente sanguíneo.
Hace unos años era difícil elegir, pero actualmente el mercado ofrece muchísimas opciones y alternativas para las personas que quieren adaptar su consumo de cosmética y adaptarlo a lo que puede ser toda una filosofía de estilo de vida. La palanca de cambio está en nuestras manos.
Nombre | Claudia Varanski |
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Empresa | Varanski Naturals |
Cargo | Fundadora |
Biografía | |
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