La aplicación de tecnologías de microencapsulación en la industria cosmética ha supuesto una revolución en los últimos años, ya que ha permitido desarrollar productos mucho más eficaces en el cuidado facial o corporal (cremas enriquecidas con vitaminas o minerales, desodorantes con acción prolongada, probióticos en cremas faciales, etc).
En esta línea, se ha desarrollado el proyecto AMICES, un proyecto de I+D propia de AINIA, que cuenta con el apoyo del IVACE y la colaboración de Korott, Sesderma, Biopartner, Epsa e Instalaciones Grau. El objetivo ha sido mejorar los procesos convencionales de microencapsulación para desarrollar componentes como: aromas, vitaminas, antioxidantes, etc.; que puedan ser utilizados a escala industrial, para mejorar los productos de sectores como el cosmético. Esta tecnología avanzada permitirá a las empresas cosméticas desarrollar productos más personalizados, eficaces y naturales.
Microencapsulación: un paso más hacia la cosmética del futuro
La microencapsulación es una tecnología clave para la personalización de producto y su mejora funcional. El proceso de microencapsulación permite la conservación de las propiedades de los productos, mediante la protección de las sustancias o principios bioactivos por una matriz que impide que se pierdan. Así, se logra protegerlos de la reacción con otros compuestos, frenar las reacciones de oxidación e incluso, liberar sustancias de forma controlada. Actualmente, los usos más comunes de las tecnologías de microencapsulación en el sector cosmético son:
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